Estaba
embobado elaborando un estupendo trabajo sobre la maravillosa marca de
cuadernos y agendas Moleskine cuando de golpe he caído en la cuenta que llevaba
CUATRO DÍAS sin escribir. No os miento si os digo que llevo todo el día
planeando como escribir el post de hoy. A veces me despierto con la convicción
y el compromiso de anotar en mi pequeña libreta Moleskine cualquier aspecto o anécdota
del día que pueda inspirar mi post. Hoy ha sido uno de esos días aunque como siempre,
al final ha llegado un punto en el que he olvidado anotar lo que pasaba por mi
ahuevada cabeza.
Me he
levantado con un picor de garganta terrible. No exagero tampoco si os digo que
por un momento he notado como las bacterias trabajaban en “okupar” la zona
infectada. Temo que esto derive a faringitis. No hace falta trabajar en la OMS
(Organización Mundial de la Salud) para diagnosticar las posibles causas de
este constipado. La primera, el fuerte aire acondicionado que RENFE insiste en
utilizar para torturarnos cada tarde o incluso cada mañana a las 7 (A.M!!!). La
segunda causa puede haber sido el haber compartido material escolar con la
compañera de la izquierda ya de por si enferma. Mi diagnóstico final es que ha
sido una combinación de las dos reforzadas por un golpe de mal karma al reírme de la voz nasal de la
chica.
Siempre que
me pica la garganta, bebo algún líquido porque me alivia el dolor. Por esa
razón esta mañana me he esmerado muchísimo en hacer mi famoso Colacao al estilo
Cacaolat. Muchos no saben qué es el Cacaolat y yo os ilustro con ello porque es
una bebida de aztecas capitalistas creada por catalanes.
El Colacao ha
sido lo único que me ha salido bien en ese desayuno. Una de las mitades del pan
se me ha chamuscado y en la nevera solo quedaba mermelada suficiente para una
de las mitades. Así pues, me he arriesgado con la mermelada Diet de melocotón.
Menuda aberración hacia las mermeladas del mundo. Una mermelada, no puede ser
Diet (o light para los antiguos). La
mermelada ha de llevar kilos y kilos de azúcar porque su propio nombre dice
que esta ha de ser dulce. No lo digo yo, lo dice mi querida amiga Wikipedia
quien dice que el nombre viene de la “miel” y la “manzana”. No sé qué miel
coméis vosotros, pero la miel que yo utilizo para comer con queso es DULCE y la
mermelada de melocotón Diet (de la marca Hero) no es para nada Dulce. De hecho
el aspecto es como el de unos pedazos de carne despellejados y congelados bajo
el frio polar finés.
Afortunadamente,
como soy una persona paciente, he reservado la otra mitad del pan que había
untado con esa riquísima mermelada de melocotón de La Vieja Fábrica. Combinando
esa otra mitad con mi estupendo y chocolateado Colacao, mis niveles de dopamina
y serotonina se han visto compensados e incluso han conseguido repuntar el
lamentable efecto de la mermelada Diet de Hero. Os acabáis de buscar un
enemigo.
Ha sido
mientras me cepillaba los dientes en el balcón cuando me he acordado de anotar
mi enfado con la mermelada Diet en la libreta. Sí, a veces salgo al balcón a
lavarme los dientes. Es un momento de paz y tranquilidad que tengo. A la hora
que me levanto no hay nadie en la calle y puedo buscar aquellos rincones o
ventanas en los que también hay vida. También utilizo ese momento para hacer un
diagnóstico previo del clima matutino (que en nada se parece al clima diurno).
Entonces decido si llevaré una camisa de cuadros, una pequeña chaqueta de
entretiempo o si directamente podré ir en manga corta.
Creo que una
vez os comenté que tengo poca tolerancia a la gente “pava”. Esa gente con
pensamientos sobre algo que lleva existiendo desde antes de que hayas nacido incluso
tú. Esta semana he tenido que compartir asiento con una de estas personas. No
quiero tampoco exagerar. No es horrible ni enfermizo compartir asiento con esa
persona.
Afortunadamente a esas horas habla poco y su Nivel de Pavoneo (NP para
los entendidos) es bajo. El otro día preguntó en voz alta cómo podía comprobar
el correo de Gmail. A punto estuve de coger el martillo de emergencia, romper
el cristal y coger el siguiente tren.
Mientras os
escribo esto, hago un esfuerzo por gestionar el goteo de mis “moquitos”. Hoy ya
he gastado un primer pañuelo. Puede que si me quedo en la calle toda la noche
se me forme una estalactita en la nariz. ¿Os imagináis lo ridículo que sería ir
a clase con una de esas estalactitas en la nariz?.
Doy así por
inaugurada la temporada de moqueo Fall/Winter. Yo sin embargo, estoy más pendiente
de escribir que de cenar. Sobre la mesa de la cocina, una mesa blanca que lleva
allí desde que tengo memoria, me espera un estupendo trozo de tortilla de
patatas poco hecha. Y yo prefiero estar aquí, escribiendo para vosotros y hacer esperar a la melosa tortilla. La que se hace llamar mi fan número uno ha
expresado su deseo a leerme cuanto antes. Le sacaron está foto en exclusiva a Sara para la revista ¡Kaixo!
Mi fan número uno posando para las cámaras de ETB en Artxanda |
Por último,
quiero comentar que mi enfado sobre la mermelada Diet de Hero no va hacia los
que la consumen sino contra los que la hacen. Me enfada porque han cometido un
sacrilegio sobre el nombre de la dulce y riquísima mermelada.
¿Qué opináis
de los productos Diet (o light) que
alteran el mismo concepto del producto? ¿También estáis resfriados?
Besos para
todos y todas.
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