Hoy ha sido
un día extraño. He vuelto a analizar a cada uno de los pasajeros que se
sentaban junto a mí en el tren y leído las portadas de sus libros. He intentado
identificar caras conocidas de años anteriores y pasajeros frecuentes. He
encontrado dos. Un hombre con cierta obsesión por los animales en las corbatas.
Hoy llevaba una azul marino con pececitos rojos. A juzgar por su indumentaria
tiene pinta de estar escalando posiciones dentro del departamento de ventas u
operaciones. Me ha sorprendido encontrarme a un hombre que solía sentarse a mi
lado. Nunca nos hablábamos pero si me veía, se sentaba a mi lado. Delgado y con
gafas. Estilo sencillo y definitivamente tenía que estar trabajando en
investigación porque tenía cara de listo.
Volver a mi
roñosa, ruinosa y decimonónica facultad de economía después de un año ha sido
emocionante pero a la par un poco frustrante o quizás también deprimente. Te
vas un año y algunos apenas te recuerdan o ni te saludan (definitivamente no
les marqué lo suficiente durante los dos años anteriores). Me he sentido como
si hubiera estado en un centro de reinserción y después de un año, me hubieran
dejado en libertad y hubiera vuelto al mismo barrio donde vivía. Realmente no
me puedo quejar del todo, en mi primera clase he conocido a un chico que está
en mi misma situación, un ex-erasmus perdido y con un hambre feroz de nuevas
experiencias. En la cafetería todo estaba cambiando. Incluso el mobiliario que
tenía un aspecto de Wok construido con muebles de Ikea. Lo que no ha cambiado
es la mierda de secretaria que sigue dando problemas. Una me ha llamado “nene”.
Odio que me llamen “nene” ¿Qué mierda de confianzas son esas?
Voy a
apuntarme a un curso de oratoria, expresión escrita y debate. Me falta un
crédito para cuadrar mi expediente y he creído conveniente apuntarme a este.
Quizás me ayude a desarrollar mejor mis ideas en público y teniendo en cuenta
que este semestre tendré que hacer montones y montones de exposiciones orales,
el curso será muy beneficioso. Quizás también lo notéis en la calidad literaria
del blog.
Por otro lado
he visto algunos compañeros míos de clase que han estado trabajando este verano
y eso me ha hecho entrarme ganas de querer empezar pronto mis prácticas. En los
próximos días tendré que llevar a cabo una intensiva estrategia de relaciones
sociales en clase con tal de no quedarme arrinconado. Este fin de semana puede
que me vaya de mochileo por los Pirineos aunque todavía no hay nada confirmado.
La semana sí que hago la mochila, cojo el Alvia y cruzo de nuevo el desierto de
los Monegros para adentrarme en las Vascongadas.
Sin nada más que
decir, me despido estupendos y fieles lectores. Aquellos que hoy disfrutaban de
la playa durante el mediodía, os deseo un resfriado y mucha lluvia durante la
mañana.
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