Con el calor que hace
últimamente, me siento muy chafado, sin fuerzas o cerebralmente espeso para
escribir. Tampoco me ayuda el hecho que tenga tan poco tiempo libre y siempre
me van surgiendo asuntos que resolver durante las mañanas. Sin embargo, siempre
intento hacer un poco de struggle bloguero
y escribo un día sí, un día no. Algo que sí he hecho estos días, ha sido leer
muchísimos blogs pues desde que empecé, he descubierto un nuevo mundo de
información gratuita y desarrollo que es muy útil en los tiempos que corren.
Con la humedad que hace
hoy, me es difícil recordar todos los blogs que he estado visitando. Como
siempre, he estado leyendo un poco más de massobreloslunes porque Marina sabe
contar las cosas y narrar esa cotidianidad con la que todos nos sentimos
identificados. Últimamente vuelvo a leer el blog de Vivir al máximo porque fue
el blog con el que empecé a replantearme todo de nuevo y pensar si lo que
estaba haciendo era lo que de verdad quería hacer. Soy la versión blogger-addicted de Sara, ella puede
estar tres horas poniéndose al día con
sus youtoubers diarios y después, leerse un tocho de 600 páginas en apenas día y medio. Algo me dice en mi
interior, que esta chica acabará haciendo algo relacionado con los libros
porque desde luego, los quiere más que a mí. Ayer noche estuvo recomendándome libros
vía Skype hasta la una de la madrugada aunque en su perfil de Goodreads me esperan otros veinte o
treinta favoritos a parte. Aunque ella no lo crea, creo que tiene buen gusto.
Por otro lado, he
decidido que este curso que viene, voy a despegarme mucho más del móvil. He
llegado a la conclusión que estoy muy pendiente del móvil, como si estuviera a la espera de una llamada
muy importante. Mucho tiempo lo pierdo contestando whastapps al minuto o consultando Facebook. Mi productividad
estudiantil lo notará y yo animo a todos aquellos que están como yo, a apagar
internet en el movil durante las horas en las que necesitamos trabajar y
centrarnos en lo que debemos. Este año estuve utilizando una app de Google llamada Pomodoro. La
aplicación me bloqueaba durante 25 minutos todas las páginas webs
potencialmente peligrosas para mi productividad pero no podía bloquearme
Whatsapp así que su eficacia no era del 100%. Después de esos 25 minutos, la
aplicación me daba cinco minutos de descanso para visitar todas esas páginas
que anteriormente había bloqueado y darme una dosis de red social.
Otra de las cosas que
intento hacer desde hace días, es investigar un poco más sobre los potenciales
caminos profesionales que me apetece seguir. He estado visitando varios career planners aunque no me gusta ese
concepto de “planificar tu carrera profesional” pues la vida da mil vueltas.
Sin embargo, es muy útil para conocer caminos que desconocía, estudios o
incluso empresas y sectores de los que no tenía constancia de su existencia.
Una cosa está clara: no veo mi vida girando en torno a Pineda de Mar, ciudad
dormitorio en la que todo está tan estancado. Ya os hablé una vez de la villa en
la que vivo, vuelvo a tener esa necesidad de cambiar de aires pues desde que he
vuelto, lo único que cambió, fue una antigua casa que han derribado.
Por último, estoy
sopesando la posibilidad de abrir un nuevo blog más enfocado a lo que estudio,
sin embargo, aunque todavía es un proyecto sin forma, he de leer un poco más
sobre él y como quiero y debo enfocarlo.
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