Hoy hace calor, más bien
hace mucho bochorno, hay humedad y está muy nublado. Hoy además es el
penúltimo día de barrakas. Hoy habrá buena música, al menos eso espero. El
final de barrakas viene seguido de los fuegos artificiales cuando se dan por
clausuradas las fiestas del pueblo. Para todo el mundo los fuegos artificiales
del domingo dan por acabado el verano, septiembre comienza y esa aura escolar
invade hasta el último rincón del pueblo. Los hoteles se vacían y si a este pueblo
le quedaba algún espíritu de animación, este se lo come septiembre. Se
acabaron los shows nocturnos en la
cafetería del Hotel Promenade y se acabaron los niños del campamento alemán Kazo. Hay que dar paso a los zombies del IMSERSO.
Mi chicarrona del norte
llega el lunes preparada para empaparse de cosas catalanas como dice ella y
gastar dinero catalán. Hemos alquilado además un súper mega estudio con cocina que me permitirá cocinarla encima
de la mesa de la cocina. Me corté el pelo calculando estratégicamente el día de
su llegada para tenerlo a la medida en la que ella se ruboriza.
Después de esa semana, de
forma inesperada mi grupo desconocido de universidad EUS empieza la universidad
una semana antes de lo esperado. Esto ha arrasado con algunos de los planes que
tenía en mente. Como por ejemplo la propuesta de irme a Cantabria con Enric a
una casa. Anyway no había nada hablado y aún hay tiempo para negociar. Así como
mi intención de apuntarme la EOI y ganar una plaza en sus demandadas aulas con
la lotería de las listas públicas. Sin embargo, mi intención de hacer francés
se ve nublada por la posibilidad de no ser capaz de entrar en el nivel B1 y
quedarme en un triste A2.
Va a ser un año un tanto
peculiar. Por un lado mis clases seguirán teniendo un cierto aire erasmusil al
mantener la docencia en inglés y estar altamente integrada por estudiantes
internacionales. Por otro lado, solo dos antiguos compañeros míos permanecerán
junto a mí. El resto ha quedado atrás fruto de los suspensos o han volado rumbo
a la tierra de Nunca Nunca Jamás Repetirás llamada Erasmus. Por último este
año solo voy a hacer 43 créditos. A raíz de un aumento en mi tiempo libre, me he
hecho una lista de cosas que quiero hacer a lo largo del año.
- - Aprender a jugar al ajedrez.
- - Seguir escribiendo de forma serie fuera del blog (o no) como hice con Anna y Amparito.
- - Seguir aprendiendo francés académicamente o de forma autodidacta.
- - Get the fucking driving license.
- - Desarrollar algunas de las competencias requeridas por la beca ICEX o Acció.
- - Dormir seguidas mínimo siete horas al día.
- - Conseguir las mejores prácticas que este superhombre puede conseguir
- - Leer tanto que Sara se va a comer los libros de tres en tres.
- - Recuperar los lazos con mis amigos universitarios.
Lo sé, puede parecer una
lista súper ñoña pero esto es así. En el próximo post, o en el próximo después del
próximo, haré lo que dije hace ya unas semanas, hablar de porque quiero
aprender a jugar al ajedrez. Muy nerd, lo sé. Lo de dormir es algo que Sara
sigue sin entender. Es como una obsesión para mí, si no duermo lo suficiente,
mi productividad desciende a niveles negativos (especialmente en esos días en
los que me quedo a comer en la universidad), me voy de casa a las 7 de la mañana
y vuelvo a las siete u ocho de la tarde (o noche si eres europeo normal). Para
conseguir esto, mi objetivo es gradualmente irme a dormir como máximo a las
23:00 pero lo óptimo sería las 22:30. Todo esto complementado con un desayuno
que me de la fuerza equivalente a la del padre de Sara (que es vasco y los
vascos tienen mucha fuerza…o eso dicen.).
De hecho esto post está
tomando forma de Balance del año y no, solo intento aplicar toda esa patraña
que solté en junio o julio sobre hábitos y blablablabla moderna. Todo esto de
la beca ICEX y Acció lo contaré en el futuro. Hay tantas cosas que contar y tan
poco habilidad para contarlas que me quedo como el agua y el aceite. Lo bueno
es que debería leer un poco sobre investigación de mercados e
internacionalización de la empresa desde que mi universidad tiene un programa
bastante apestoso de cara al ámbito internacional.
Por último, mis tres
amantes de los que Sara estaba hiper celosa (Benny, Miguel y José) comienzan a
hacerme llamaditas para preguntarme cuando podemos quedar a solas y esas cosas
que hacen los chicos. He de comprobar cómo está la barba de Miguel y cuan
orgulloso está él de ella. Segundo, Benny se afeitó ayer por completo y no se
lo he dicho directamente pero si indirectamente: está feo de cojones. Este no
folla en dos semanas y eso que es un chulo playas. Tercero, José, el falso
alemán con cara de sudamericano me ha de enseñar sus bíceps y ver si han
progresado. No os alarméis pues esto era muy normal. A Miguel lo solían parar
por la calle para decirle lo awesome
o marvelous (si eran británicos) que
era su barba. Benny me decía de dar la vuelta al Crane Lane y contar el número
de chicas que le miraban (ahora ninguna, os lo aseguro). José ha pasado de ser
un barril a ser una columna de mármol, pura seducción es lo que desprenden sus bíceps
a sus 26 años. Estos dos últimos están tan preocupados por su envejecimiento,
que ya usan cremas.
A modo de resumen y ya
pare despedirme de este post tan desvariado: el verano se está acabando, es una
realidad y hay que asumirlo; he de mantener mi media de expediente altamente
beneficiada por mi Erasmus; dormir más es el objetivo de este curso; Sara no va
a tener palabras de reproche para mí (las buscará y me las escupirá en la cara
cuando rechace alguno de sus Top 5 Christmas reads); mis chicos del norte me
esperan; aprender francés (la lengua, no hacerlo) es un must do it para este curso académico. Por último, hoy se cuenta el
bote de propina y hay la cantidad suficiente para un libro.
Lo olvidaba, el sábado haré
una excepción y me emborracharé (al menos, eso dicen las previsiones altamente
correlacionadas con los años anteriores).
Paz y leer el Quarz.