Ayer, después de un año
sin leer el periódico El País, volví a visitarlo y explorarlo. Para mi
sorpresa, di con uno de estos artículos de contraportada que por regla general,
están muy bien. Es uno de estos artículos, que yo me solía reservar para leer
en el tren de vuelta a casa o matar el tiempo en aquellas aburridas clases de
derecho mercantil. No quiero engañarme a mí mismo, pero el hecho que su título
incluyera la palabra sexo, fue detonante
de mi atracción por este artículo de Rita Abundancia. Tener sexo diario con tu
pareja durante un año para saber si aún siente atracción por ti. Esa es la
idea.
Me encanta la idea que
proponen y dejar de ser una sexless
marriage (pareja sin sexo) (al menos) durante un año. Pienso en la
probabilidad de acabar como muchos de nuestros padres y me aterra. Me aterra
por la probabilidad que tiene. Veo el nivel tecnológico de mi padre y al ritmo
al que avanza la tecnología, me veo convertido en él y pronunciando nombres de apps erróneamente (porque ya no se
pronunciarán en inglés, se pronunciarán en chino) y preguntando cómo puedo
enviar una foto por “Washap”. Seguramente si muchos de nuestros padres
siguieran esta propuesta, tu madre o tu padre, no estaría todo el día encima
diciendo qué o cómo has de hacer y supervisando personalmente que no te desvíes
ni un centímetro de su modus operandi
de hacer las cosas. Ha de haber algo para solucionar o mejorar esto. A mí me
encanta hacerlo por la mañana antes de ir a clase. Cuando vivía en Irlanda y
tenía la posibilidad de hacerlo, iba rebosante de felicidad. Eso y mis
desayunos eran las dos cosas que me producían un orgasmo por la mañana. Los
días lluviosos y nublosos que tanto predominan en Irlanda, se volvían menos
nublados o incluso soleados (esto último me quedó muy poético ¿No?). Cruzarme
en el campus por las mañanas con Sara me subía la autoestima a 110.
Sin embargo, opino qué
tal y como dice alguna de las máquinas de hacer el amor que cuentan su
testimonio, algunas veces puede ser muy mecánico. Aun así, y cito textualmente,
el sexo es como una pizza, aunque sea malo siempre es bueno. En mi opinión, es
uno de los mejores remedios contra el estrés. Como experiencia personal,
desahogarme de tal forma, antes de un examen de econometría de 3 horas, fue
mano de santo para obtener el resultado que obtuve. Una de las máquinas del
amor, perdió más de 9 kilos en solo un mes. Le pueden dar bien por culo al spinning.
Ya lo decía David Guapo
en uno de sus mejores monólogos “Hay que frungir, por delante y por detrás”.
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