Ante
ayer o ayer (no recuerdo cuándo fue) leí un artículo en el New
York Times (oh yeah qué cool qué
soy que leo prensa americana) sobre 52 lugares que visitar en 2014.
Obviamente para poder visitar los 52 en un solo año hay que tener o
bien pasta por un tubo, o bien ser uno de esos magos que viajan barato por
el mundo desde ya hace años. Sí, sí lo sé, alguno me dirá que no
hace falta tener dinero para viajar por el mundo bla bla bla bla. Me
da igual, todavía estoy en el proceso de montarme el chollo viajero. De momento he empezado por crearme una extensa red hotelera Erasmus y
creo que no me ha ido nada mal. Mañana voy a un evento de
couchsurfing del cuál
no sé qué espero sacar. ¿Por qué voy a esta clase de eventos? Primero
para desahogar mis necesidades de contacto internacional y segundo
para seguir diciéndome a mí mismo y como me dice mi vecino “Tío,
eres un máquina”. Hablaba de este artículo porque me ha
recordado mucho a aquellos viajes que hacía en Irlanda y UK, ese
sentimiento de “No he planeado casi nada y me la suda” y ese
deseo de tender cada vez más hacia el mochileo (cosa que a Sara
tanto le asusta).
Mis
expectativas de viaje para el año que viene son más que altas,
pasando por Finlandia, y Alemania y bajando hasta Italia no sin antes
parar en el norte de Francia. Aquellos ex-erasmus que compartieron
noches de salón en mi apartamento conmigo, me esperan allí y yo les espero aquí. Cada
vez que pienso en viajar, se me ocurren mil cosas que escribir y
quizás por eso he acabado en esta situación bloguera en la que me
estoy metiendo y en la que me dan ganas de escribir e inventar cosas
sobre viajes. Cuando pienso en Turquía pienso en los mercados de
especies, los tés, el café y las alfombras, pienso en sultanes y
viajes en globo.
El lunes que viene me voy una semana a Bilbao a 220 km por hora en tren y donde no solo espero disfrutar de una agradable visita con esa chica inocente de cabello marrón oscuro y cara blanca blanquísima. Como ya dije en otro post, espero mucho del País Vasco, tópicos aparte, soy un chico de clima frió (será por los genes gallegos) y espero encontrar esa esencia celta que no sé qué tiene que me gusta tanto. Si estuviera Miguel conmigo, me entendería. Espero comida, tradición, gente, cerveza y pasarlo en grande, pero sobretodo la espero a ella.
El lunes que viene me voy una semana a Bilbao a 220 km por hora en tren y donde no solo espero disfrutar de una agradable visita con esa chica inocente de cabello marrón oscuro y cara blanca blanquísima. Como ya dije en otro post, espero mucho del País Vasco, tópicos aparte, soy un chico de clima frió (será por los genes gallegos) y espero encontrar esa esencia celta que no sé qué tiene que me gusta tanto. Si estuviera Miguel conmigo, me entendería. Espero comida, tradición, gente, cerveza y pasarlo en grande, pero sobretodo la espero a ella.
Después
de esta visita pasaré un tiempo hasta volver a verla, será duro
pero yo soy una persona muy fuerte (al menos eso creo) y no pierdo la fe. A veces veo a Sara y a mí como la relación entre Desmond y
Penny en la mítica serie Lost. La única diferencia es que en este
caso yo me veo más como Penny, alguien decidido y determinado y Sara
alguien más como Desmond, una persona con temores. Sin embargo, yo
mismo tengo algo de Desmond y me identifico en algunos rasgos
del comportamiento que tiene Desmond. Quizás es por eso que es y será
siempre mi personaje favorito en la serie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario